Una tendinopatía es el término que describe a un tendón que sufre y que ha sido sometido a una carga, volumen o intensidad de trabajo mucho mayor de lo que suele estar acostumbrado. Por ejemplo, sales a correr más veces por semana, aumentas carga de golpe en algún ejercicio, o realizas una actividad repetitiva durante mucho tiempo.
Entonces si tengo una tendinopatía, ¿qué hago?
Ni hielo, ni masajes, ni reposo absoluto. Cuando sufrimos una tendinopatía, HAY QUE CARGARLO Y ACTIVARLO de nuevo.
Si el dolor es muy reciente, hay que respetarlo y disminuir la intensidad de la actividad física que lo solicita. En etapas muy agudas es especialmente importante para que empiece la recuperación del tendón lo antes posible.
Tenemos que cargar y adaptar poco a poco el tendón para que se acostumbre de nuevo a ser solicitado. Reducir intensidad no implica reposo absoluto durante una o dos semanas, porque si lo haces conseguimos el efecto contrario, se “desadapta”, y así te será más difícil volver al ruedo. A medida que el tendón vaya ganando fuerza y resistencia iremos incrementando intensidad de ejercicios hasta que llegues a tu 100%.
Sé paciente. Muchas veces las tendinopatías parece que se eternizan en el tiempo. El tendón no está vascularizado, lo que implica que tarda un poco más en adaptarse de nuevo al esfuerzo. No te preocupes si no estás aun a tope a la semana o dos semanas de empezar a trabajarlo.
Si tienes cualquier pregunta no dudes en consultarnos. Las tendinopatías son muy frecuentes y son uno de los principales motivos de consulta en nuestra clínica.
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